Películas me gustan de adolescentes... o sobre adolescentes.

En esta entrada ninguna película está puesta en algún orden en especial, aunque si hay algunas que me gustan más que otras.  

Christina F.

1981.

Alemania.

Dir, Uli Edel. 

Esta película sigue la vida de los niños adictos de la Alemania de los ochentas a raíz de la droga de moda; la heroína. Todo a ojos de una linda chica de pelo rojizo y con un poco de más inteligencia que el resto. 

Es una muestra de los mas crudos lugares en los cuales podemos llegar los adolescente con un poco de desatención y mucha incomprensión, incluida con unas profundas ganas de experimentar y conocer el mundo, tal vez demasiado adulto para nosotros.
En esta película Christina cree poder seguir consumiendo heroína sin consumirse ella primero mientras ve a los demás a su alrededor hundiéndose sin mucho que hacer y poco ruido.

Es bastante privada y personal a pesar del carácter distanciado que la propia narradora (Christina). Solo al final logramos escucharla narrar los últimos acontecimientos que la audiencia espera para darle un cierre a la historia que vemos; la cual, al ser una historia real, no termina así de simple como la vida misma; y estos terminan en un clamo de ayuda que en la vida real no fue del todo atendido.

La cámara ofrece, entre tonos neones y opacos y alucinaciones al alcance de Bowie, la visión emocional pero siempre real que Christina nos negó solo hasta llegar a un cuadro oscuro seguido de los créditos.

Lady bird.

2017.

Estados Unidos.

Dir. Greta Gerwig.

Esta película ha conocido la forma en hacer evolucionar la forma en que percibo el amor. No la transformó como un tsunami derrumbando todo a su paso; mejor dicho, supo asentar todo lo que conocía de él de una manera clara y mejorada.
No digo que ésta jamas vaya a cambiar entonces, pero si que va a ser una parte importante de la evolución adolescente en mi y también en la adulta, porqué no.
Hay que empezar diciendo que Lady Bird tiene una personalidad arrolladora, con la que le es fácil encantar a cualquier espectador que se dedique a observarla con atención, así y con sus defectos. Con su cabello rosa, su uniforme católico y con su astucia para conseguir lo que quiere, digo que es entretenido verla relacionarse con los variopintos personajes que va encontrándose en su camino. 

Pero una, que ha sabido como entrar en mi corazón y posicionarse como una personaje tan fuerte como Lady Bird en esta entrega, es su madre.
Al principio de la película podemos observar la mayor cercanía que éstas dos pudieron tener durante toda la película; 

Ambas se hayan calmas, una en frente de la otra con sus manos rozándose. Esto marca una diferencia con el resto de la película en la que no paran de discutir debido a las personalidades tan duras de las dos, en especial, la actitud que tienen una con la otra.

Al final, nunca paramos de ver paralelismo una con la otra; en sus miradas, gestos y frases. A pesar de la dureza con la que varios ven al personaje de Marion, Lady Bird reconoce el amor que le siente, aceptando el nombre que le otorgó.

Es posible que una de las razones por las que me sienta tan cercana a ella es por la relación que mantengo con mi madre, pero al final, siempre me llevare conmigo que el amor es atención.

Skate Kitchen.

2018.

Estados Unidos.

Dir. Crytal Moselle.

“¡Vayan a la cocina!” es la frase machista que origina con su dosis de ironía a este grupo de chicas skaters y la película, también muestra el tono que quiere mostrar la película.

Es una película bastante irregular en muchas partes. La edición  a veces inconexa y confusa, la trama y su manejo puede encontrarse débil y es obvio el hecho de que el elenco se compone de actores naturales y muy ingenuos para hacer escenas que requieren algo de fuerza, y sin embargo, me gusta. 

El encanto de esta película recae en este grupo con sus personalidades definidas y su amistad, sobre todo sus momentos de sinceridad. 

Ésta comienza con Camille; quién aún es ingenua y no tenía una vida social hasta entonces, juntándose a escondidas de su mamá con otras chicas a patinar, pero eso no es lo que en verdad importa aquí. En el camino discuten sobre sus familias, la menstruación, su crecimiento, gustos y experiencias con los hombres o relaciones en general ya sea en la casa de alguna, en el parque o dónde se hallen, sin olvidar el buen humor nunca y patinan, patinan mucho y todo el tiempo en dónde se hallen también y eso es lo que sí importa.

Es en esos momentos que me convencen de que la película vale la pena verse. Solo con esas escenas puedes sentir toda la esencia de la película, como se unen para hacer los que les gusta, sienten el aire, ven a su alrededor, se dan la mano y se sonríen entre sí. Jóvenes, libres y queridas unas por las otras.

Animals.

2012.

España.

Dir. Marçal Forés.

Variadas son las películas con su nombre y esta es la que sigue apareciendo en mi mente antes que las otras. Curiosamente, las otras también comparten su excentricidad, sin embargo, Animals de Marçal Forés es la que más personalidad propia tiene. 

No deseaba tocar películas que sacaran un pie de la realidad pero esta merecía su lugar, es de adolescentes y sobre adolescentes y muy infravalorada que está. Sin embargo, esa no es la primera impresión que da ya que puede parecer un poco pesada y pretenciosa al principio pero eso es algo fácil de superar ya que de la misma manera en que saca sus pies de la realidad, te invita a ir con ella.

La película tiene grandes actuaciones que junto la fotografía, la atmósfera, la entremezcla de idiomas y objetos surreales rozando lo fantástico te cuentan una historia onírica que se abstrae en su propio mundo y reglas atractivas de seguir. Aún así entre tanta abstracción no se olvida de ser un “coming at age”, ya que el hilo conductor de todos los eventos inusuales que llenan la película son guiadas por Pol; un adolescente de bachillerato que vive sólo con su hermano, toca la guitarra y tiene una extraña amistad con un oso de peluche llamado Deerhoof con tantas facultades que parece más humano que un objeto inanimado y que ha acompañado a Pol por años. Y ese parece ser su plan mientras se deshila, rompe y pierde su relleno llevados por el tiempo, deteriorándose, simbolizando la pérdida de Inocencia de Pol a la vez.